Polis violentos (perdón por la redundancia)

Dejadnos aclarar el tendencioso titular. Evidentemente hay policías que no son unos chulazos que piensan que por llevar un uniforme tienen derecho a repartir justicia (y por justicia se entiende “hostias”) como si fueran el sheriff de una ciudad sin más ley que la de sus propios cojones. Pero los que acabamos viendo siempre en Youtube sí que pertenecen a esta categoría de capullos que se creen semidioses y, puesto que siempre van tapados (y papá Estado les protege), ni siquiera podemos identificarles. Así que tenemos que hablar del cuerpo de policía en general porque no sabemos quiénes son. Al menos, siempre nos quedará la posibilidad de rajar de ellos desde aquí. Y también la ilusión de saber que el día que escribamos un diccionario ilustrado, ya tenemos imagen para poner al lado de la palabra “prepotencia”. Y de “hijoputez”. Sí, sobre todo de “hijoputez”.

Como ya dijimos en un artículo anterior, nosotros no estábamos allí durante la tangana (en este caso, la que se formó el jueves por la noche con las protestas por la visita del Papa), no sabemos cómo fue, ignoramos si algún indignado le tiró piedras a un agente, o le provocó, o le hizo un Mourinho (o sea, ponerle el dedo en el ojo, aunque con el casco ese con visera que llevan está complicado). Sin embargo, por algún motivo, siempre transcienden imágenes en que alguien, indefenso, recibe más hostias de las que le tocarían. Unas cuantas más. Y “se lo merece” no es un motivo. Un policía no es un juez, no es su trabajo castigar a los delincuentes, en caso de que lo fueran. Da la sensación de que algunos de los que en teoría trabajan para el ciudadano, en realidad se toman estas acciones como un masaje antiestrés: cuatro hostias bien dadas y te libras de cualquier tensión (y de cualquier consecuencia). O a lo mejor para ellos es más bien como un videojuego: cuantos más golpes, más puntos. Aparte de los de sutura que les dan a los pobres que reciben, queremos decir.

Desgraciadamente, sólo nos queda el derecho a pataleta. ¿Cuántas veces ha pasado esto y cuántas veces se ha hecho algo al respecto? Los cansinos que dicen que con Franco estábamos mejor no sabemos de qué se quejan. En algunas cosas, estamos igual. Viendo los vídeos en Youtube, pero igual.

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