Un borracho Aznar da un discurso sobre las libertades individuales a un camarero que no quiere servirle otra copa


"NADIE TIENE DERECHO A DECIDIR POR MÍ", DEFENDIÓ


“Todo paternalismo es un yugo opresor y la libertad individual es un principio natural inalienable que nadie, ¿me oyes?, nadie tiene la autoridad moral para negarle ese derecho a ninguna otra persona dado que cada individuo es propiedad de sí mismo y de nadie más”, dijo, visiblemente ebrio, José María Aznar ayer a las dos de la madrugada en el bar “Chispi’s” de Marbella a un camarero que no quiso servirle más whisky.


El discurso pronunciado por el expresidente del gobierno, de casi media hora de duración, trataba de demostrar por qué la libertad de cada individuo es un principio inquebrantable y que, bajo ninguna circunstancia, nadie está legitimado a intervenir en las elecciones de otro individuo con el único propósito de que Manuel Umbral, el único camarero que ayer martes regentaba el local, dejara de negarse a servirle una sexta copa de Macallan 18 años.
“Jefe, moralmente yo soy la única persona legitimada a decidir cuándo he bebido o no he bebido suficiente”, continuó Aznar mientras el camarero recogía el bar y le sugería, tal y como él mismo ha asegurado a la prensa, que volviera a casa.

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