Nada que celebrar

Casi todos los actores españoles son desconocidos para el gran público. Alguna vez hacen anuncios de dentífrico, alguna vez interpretan tres líneas de diálogo en una serie nacional, y mientras montan pequeñas obras de teatro en pequeñas salas, y sobreviven trabajando en cosas completamente diferentes. Y eso choca directamente con lo que los demás creen que significa ser actor: fama. Ni son famosos, ni llegan a fin de mes, ni sus amigos y familiares saben porqué se esfuerzan tanto en algo que jamás conseguirán. “Nada que celebrar” trata de recoger esa esencia con un humor muy ácido, como el sabor de boca que queda tras un casting y saber que hoy tampoco tendrás nada que celebrar.

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