
Un nuevo estudio publicado en la revista Geology muestra que un aumento extremo en los niveles de dióxido de carbono produciría cambios en los océanos del planeta que podrían dar como resultado un aumento del 50% en el tamaño de las langostas.
Las langostas y bogavantes toman el carbono del agua y lo usan para fabricar sus exoesqueletos, comenta el geólogo marino Justin Ries, que ha supervisado el estudio. La teoría dice que las langostas deberían de ser capaces de convertir el carbono extra disuelto en el agua, en material con el que fabricar sus caparazones.
Visto en Maikelnai’s Blog
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