FIESTA PRIMAVERA GRANADA 2009

Granada tenía ayer todos los síntomas. El botellódromo se llenaba de gente al mediodía y el tráfico rodado comenzaba a resentirse. Sí, ayer llegó la Primavera, con su tradicional fiesta-botellón de bienvenida. Hasta fuegos artificiales tuvo ayer nueva estación. No se sabe muy bien quién los lanzó, pero sobre las 20.000 cabezas que había en el botellódromo se vieron esas luces una vez que se hizo de noche. La guinda para la fiesta. Una juerga regada con mucho alcohol, como manda la 'tradición', pero con algunas innovaciones. Por ejemplo, la cantidad de timbales y guitarras que le ponían música a la jornada por todos los rincones. Y además, la 'prima', llegó con su amiga 'maría', que le puso perfume a la fiesta.
Y así, los 20.000 jóvenes, algunos 'demasiado' jóvenes y otros pasados los 30 (sobran los comentarios), que llegaron de toda Andalucía, se dedicaron a disfrutar del buen tiempo de la nueva estación. Al cierre de esta edición no se habían registrado altercados de importancia, aunque la concentración tuvo sus efectos para la salud personal y la colectiva. Hubo algunas lipotimias e intoxicaciones etílicas, ya que se bebió mucho y desde muy temprano, cuando 'pegaba' fuerte el sol. Y en lo colectivo, el tráfico volvió a llevarse la peor parte.
Como en ocasiones anteriores, el botellódromo se quedó pequeño para el encanto que tiene Granada en estos casos. Los alrededores del recinto se empezaron a llenar, con los consiguientes efectos sobre el tráfico. Sobre las 20.30 horas, la Guardia Civil de Tráfico cortaba los accesos de la Circunvalación de Méndez Núñez para evitar que se atascara esta vía que rodea la ciudad.
Pero el atasco era inevitable y a las diez de la noche, cruzar esos escasos kilómetros, se convertía en una romería. Lo mismo en el caso de Camino de Ronda, impracticable. La Policía Local, desplegada por docenas por los alrededores de Hipercor -había cien agentes previstos-, se afanaba en regular el tráfico rodado y el humano. «Atención, atención, por saturación está cortado el acceso al botellódromo por la calle Cañaveral». Este mensaje, difundido a través del megáfono de un coche policial, trataba de disuadir a los chavales para que rodearan el edificio de Hipercor. Pero no había manera. Ni diciéndoselo uno por uno, lograban que la marea 'primaveral' les llegara a hacer caso.
En la entrada de Hipercor hubo que colocar un cordón policial, como si de la escena de un crimen se tratara. Para que los clientes del centro comercial pudieran, al menos, salir de allí
Y es que en el botellódromo ya no cabía más gente. Las 'timbaladas' y el guitarreo se extendían por ese botellón, al que ayer llamaron Fiesta de la Primavera.
La anécdota la protagonizó un muchacho que, "borracho perdido se acercó a Protección Civil, le montaron en la ambulancia y en vez de ir al hospital el chaval dijo 'llevarme a mi casa, porfa'".
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